El corazón en la cancha y el alma en el equipo: Entrevista Profe Fabián

Este 2025, las seleccionadas de handball están listas para enfrentar un desafío que va mucho más allá de lo deportivo, representar a su colegio, su comuna y a Chile en un torneo internacional de handball en Perú. Esta es una experiencia única que han estado preparando durante meses con esfuerzo, dedicación y un profundo compromiso con su equipo y sus valores.

El profesor Fabián, quien ha sido su entrenador durante años, ha sido testigo del crecimiento personal y deportivo de cada una de las jugadoras. “Ver crecer a nuestras estudiantes, tanto en la cancha como en la vida, ha sido increíblemente gratificante. Este proceso ha sido tanto un aprendizaje para ellas como para mí; un intercambio constante de experiencias y crecimiento mutuo”, comenta con emoción. Su acompañamiento ha ido más allá del entrenamiento físico, ha construido con ellas un vínculo humano basado en el respeto, la confianza y la cercanía.

Más allá de los partidos y los resultados, este equipo se ha consolidado como un grupo unido, solidario y profundamente humano. Para el entrenador, lo más admirable no es solo su rendimiento deportivo, sino la manera en que han construido una red de apoyo mutuo. “Son un grupo increíblemente unido y solidario, y eso es lo que más valoro. Han cultivado una amistad que trasciende el deporte”, señala.

La preparación para este torneo ha sido exigente e intensa. El equipo ha trabajado arduamente en estrategia, técnica, táctica y en el fortalecimiento del trabajo en equipo. Cada entrenamiento ha sido una oportunidad para crecer no solo como jugadoras, sino como personas. “Más allá del resultado, este proceso nos ha unido aún más. Estoy seguro de que volveremos mejores de lo que nos vamos”, dice el profesor Fabián, convencido del impacto positivo que esta experiencia tendrá en sus vidas.

Participar en un torneo internacional no solo es un reto deportivo, también es una oportunidad cultural y emocional. Representar al colegio en Perú implica conocer una nueva realidad, adaptarse a otro clima, otra forma de vivir y, sobre todo, demostrar en la cancha los valores que han construido como grupo. “Para ellas, es la oportunidad de mostrar su talento y vivir una experiencia enriquecedora. Para mí, es un privilegio verlas brillar, independiente del resultado”, afirma el entrenador.

Sabemos que un torneo de esta magnitud puede generar ansiedad y presión, pero el equipo ha aprendido a canalizar esas emociones de manera positiva. Con estrategias de concentración, trabajo emocional y mucho apoyo mutuo, han convertido los nervios en energía y determinación. Este tipo de vivencias, más allá del marcador final, son herramientas valiosas que se quedarán con ellas para siempre.

Cuando se le pregunta al profesor Fabián qué lo motiva a seguir formando jóvenes a través del deporte, su respuesta es clara: “Ver el desarrollo integral de las estudiantes. El handball,  les enseña valores que las acompañarán toda la vida, disciplina, respeto, perseverancia. Me esfuerzo al máximo porque sus triunfos y sus penas también son míos.” El handball les ha enseñado mucho más que a jugar: les ha transmitido el valor del esfuerzo, la necesidad del trabajo en equipo y la importancia de la superación personal.

Una de las anécdotas que más recuerda el equipo ocurrió durante la final de la Copa Plata del año pasado. Iban perdiendo, pero demostraron una garra y unidad que les permitió una remontada inolvidable. Esa victoria no solo fue en el marcador, sino en el espíritu que demostraron en la cancha, reflejando todo lo que han aprendido juntas.

De cara a esta nueva experiencia en Perú, la expectativa del equipo es clara: aprender, disfrutar y crecer. “Queremos que esta experiencia sea inolvidable. Que las estudiantes crezcan como jugadoras y como personas, que vuelvan con la cabeza en alto, sin importar el resultado. Que vivan algo que recuerden para siempre”, expresa el profesor con emoción.

Finalmente, el mensaje del entrenador para toda la comunidad teresiana es profundo y agradecido: “¡Gracias por su apoyo incondicional! Su aliento es fundamental para nosotros. Les prometemos dar lo mejor de nosotras en Perú y representar con orgullo a nuestro colegio”.

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